Muchas personas con el
síndrome de Tourette experimentan problemas adicionales de
neuro-comportamiento, incluyendo la falta de atención, hiperactividad e
impulsividad (déficit de atención con hiperactividad) y dificultades
relacionadas con la lectura, escritura y aritmética, además de síntomas
obsesivo-compulsivos tales como pensamientos intrometidos, preocupaciones y
comportamientos repetitivos. Por ejemplo, la preocupación por la suciedad y los
gérmenes puede asociarse con el lavado repetido de las manos, y la preocupación
por la posibilidad de que ocurran cosas negativas puede asociarse con
comportamientos ritualistas como contar, repetir, ordenar y acomodar. Las
personas que padecen del síndrome de Tourette también padecen de problemas de
depresión, trastornos de ansiedad y otras dificultades para llevar adelante sus
vidas, las que pueden estar o no relacionadas directamente con el síndrome de
Tourette. Si se considera la gran cantidad de posibles complicaciones, las
personas con el síndrome de Tourette pueden vivir mejor si reciben tratamientos
médicos que incluyan una amplia gama de modalidades terapéuticas.
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